miércoles, 12 de abril de 2017

AUNQUE CUBRAS MI CUERPO DE CEREZAS


AUNQUE CUBRAS MI CUERPO DE CEREZAS, por Gracia Iglesias. XIX Premio Nacional de Poesía “Fundación Cultural Miguel Hernández”.

Cuadernos Di-Fusión-a2, nº 7.

Asociación Di-fusión-a2

Tapa blanda con solapas. Sesenta y ocho páginas. A color.

Reedición 2014 (Original de julio de 2005).

 

                                                                   RESEÑA
 

Quiero dejar claro que de poesía yo nada entiendo. Que sí sé discernir cuándo las letras son buenas o malas y si algo me gusta o me llena el alma o me conmueve, pero que no sé catalogar o analizar obras de tal estilo, pues lo mío siempre ha sido la narrativa y ni siquiera en ello me puedo considerar experta. También quiero aclarar que “reseñar”, como siempre digo, en el más estricto sentido de la palabra, me causa respeto, un respeto demasiado grande como para osar yo llamarme reseñista o pretender hacer de mi palabra misa en cuanto a cualquier tipo de obra literaria se refiera. Sólo me siento “autorizada” a decir si algo me gusta o no, desde el respeto, si me ha parecido bueno o digno de atención de alguna clase y por cualquier absurdo o extraño motivo que consideren mi razón o mis musas. Sí, también ellas tienen vela en este entierro…

En esta ocasión vengo a hablaros de un pequeño pero intenso poemario parido por Gracia Iglesias hace ya doce años. Recomendado por Francisco Umbral en su columna de El Mundo en el año 2005, no dejó, en aquel momento, indiferente a nadie y se disparó en ventas. Hoy, como dije, doce años después, quiero hablaros de él en base a su reedición de la mano de Di-Fusión-a2 allá por 2014. Ya os dije, no soy asidua a la poesía y no conocía de su existencia, al igual que tampoco era seguidora de su autora a la que hoy día admiro profundamente por muchas razones, entre ellas su gran labor por fomentar la creatividad, la lectura y la cultura allá donde va.

Dicho todo esto, mi “reseña”:

Cuando pienso en el regusto que los versos de este poemario han dejado a fuego en mi consciencia, lo primero que me sale es hablar de la elegancia con la que construye cada uno de ellos. Sabe jugar con la metáfora para hacerla llegar dentro de ti. Me llama poderosamente la atención la dicotomía en cuanto a la dureza con la que realmente escribe y te golpea y la delicadeza con la que te acaba por acariciar la mejilla después. Considero que tiene realmente un estilo muy cuidado.

Otro de los elementos más destacables, desde mi punto de vista, es la originalidad y el gusto con el que erige poco a poco cada pequeño fragmento de esta historia “versiculada”. Extravagantes, azotadores, cálidos y agresivos como un huracán, así son sus versos. Llegan y pinchan, resuenan en el vacío, en tu vacío, y te llenan. Te queda la sensación de haber sido arrasado por una tormenta, y la calma que queda después es el vacío que hace que resuenen dentro de ti sus palabras, que yacen como un eco lejano dentro de tu cabeza.
 
 

Destacar que el poemario está dividido en dos partes complementarias: el cuerpo y las cerezas. Que juega constantemente con la alusión a los sentidos, sobre todo el gusto y el tacto, el olfato… En suma, versos vivos llenos de fuerza y de renacimiento, muerte y elegancia cogidos de las manos.

En esta reedición te encontrarás con ilustraciones originales de Saray Pavón y un diseño llamativo, original y acorde a la temática que encierra el poemario, en tonos rojizos para las letras, simulando la forma de las cerezas para algunos poemas, tonos ocres y marrones, cerezas por doquier de la mano de Álex Ruiz. Es lo primero que te impacta y atrapa de manera hipnótica cuando tienes el libro entre las manos, desde el primer poema hasta el final. Porque los libros son mucho más que letras. En los tiempos en los que estamos, deben ser pequeñas obras de arte que enganchen al lector en lo visual, para atraparlo después en lo literario. Y este poemario cumple.

Os dejo una pequeña muestra:
 


 

 

Encontrar un poemario de estas características es para mí todo un descubrimiento. A esto añadiré también que nunca fui demasiado dada a la poesía y que solía atragantárseme antaño con facilidad porque las oscuras golondrinas… Ay, las golondrinas y su primavera.

Quizás haya sido por la especial delicadeza con la que Gracia pare sus versos por lo que, tras haberla leído, quedé para siempre enredada entre las ramas de sus cerezos… y sus frutos.

Aquí no vas a encontrar un canto al amor romántico desbaratado. Te vas a topar de frente con versos llenos de fuerza y realidad, con bofetadas llenas de estilo y crudeza, renacimiento y aquello que casi nadie dice, pero que piensa, cuando el amor le está doliendo y no quiere consentirlo. Al menos a mí no me ha dejado indiferente.

Gracia Iglesias es escritora, docente, performer, cuentacuentos y actriz de doblaje. Ha ganado  varios premios en el ámbito cultural.  En 2012 funda el espacio cultural Oropéndola en Guadalajara. Además, es colaboradora habitual de la cadena de radio Onda Cero Guadalajara con el espacio “El escaparate de Gracia”. Autora de varios poemarios como “Sospecho que soy humo” (Torremozas, 2002) o “Distintos métodos para hacer elefantes (Amargord, 2006). En literatura infantil ha publicado el libro de poesía “El mundo de Casimiro. Memorias de un saltamontes (ganador del premio Luna de Aire de poesía para niños), entre otros.

 
Por cierto, puedes encontrarlo a tan solo 12 eurillos en:

-          Un gato en bicicleta.

-          La Jerónima.

-          El puesto de libros en el zoco en La Alameda (la caseta Di-fusión-a2), Sevilla.
Y contactando con la asociación en su web.

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