El episodio en el despacho del
edil me hizo abrir aún más los ojos. Fue por eso por lo que decidí seguir
investigando. Por eso y porque en mi camino a la salida del ayuntamiento, me
extravié por los pasillos de la primera planta, donde se situaba el despacho
del tipo, y fui a toparme casi de frente con una puerta que tenía colgado un
letrero que rezaba “No pasar”. Siempre he dicho que, un cartel que indique
prohibición a hacer algo, para mí significa más bien un apetitoso “adelante”. Una
invitación con letras grandes y luces de neón parpadeantes.
Así que pensé que quizá tras esa
puerta se encontrase la respuesta real a lo que estaba sucediendo en Morgana.
El desafío del alcalde me estaba haciendo sospechar que lo que se escondía en
la trastienda de ese pueblo era algo mucho más grande de lo que Boby me había
contado. Al fin y al cabo, a su condición de licántropo se le unía la de ser un
ciudadano como otro cualquiera del lugar.
Podría tener parecidos intereses,
si no los mismos, que el edil por ocultar parte de la cruenta realidad. Así que
no podía quedarme de brazos cruzados y conformarme con lo que ya sabía. Además,
estaba el caso del cuerpo recién aparecido. Bueno, los trozos aparecidos. Me
inquietaba. La puerta, cuya única seguridad para evitar intrusos era un candado
enorme que bloqueaba cualquier acceso inapropiado al lugar, parecía no haberse
abierto en años… Tenía que colarme como fuera.
Me eché mano a los bolsillos del
pantalón. Suelo llevar horquillas enredadas en los hilos de los mismos,
dispuestas a ser usadas en cualquier apuro. Encontré una y en un “clic” hice
saltar el candado. Miré a ambos lados del pasillo antes de dar un paso hacia
delante y girar el pomo. Nadie. Era el momento perfecto. Cerré despacio tras de
mí y, como pensaba, aquel cuarto escondía miles de archivos ordenados
alfabéticamente. Tenía cada vez más cerca la información que buscaba… O eso
pensé yo.
Me dispuse a husmear entre las
estanterías coronadas por la letra A. Asesinatos/Asesinos, eso era lo que
buscaba. Pasé mi dedo con cuidado por la primera columna sin encontrar
resultados. Con la segunda, no tuve mejor suerte. En la tercera, ¡bingo!, ahí
estaba, etiquetada en letra de caligrafía antigua, una carpeta mugrienta:
Asesinatos en Morgana. Casos extraños sin resolver. Año 1236. Tenía que
llevarme aquella carpeta como fuera. Contenía los archivos y pruebas más
valiosos que hubiera podido encontrar jamás con respecto a ese caso. Pero antes
de poder esconderla bajo mi chaleco, algo hizo que el rumbo de la historia
cambiase por completo, de nuevo. Sólo diré que lo último que recuerdo de mi
excursión al cuarto prohibido es un fuerte golpe seco y un dolor de cabeza tan
intenso que me hizo desfallecer…
Cuando abrí los ojos, estaba en
una especie de cuartucho oscuro y maloliente, sin ventanas, lleno de charcos
aparentemente espesos y con las manos y los pies atados. Me dolía la cabeza,
tenía sangre por todos lados y la boca me sabía a hierro. Supongo que también
me golpearon ahí. Al fondo, aún más adentro de la oscuridad del cuarto, una
figura corpulenta me observaba con algo alargado entre las manos. Dio un paso
al frente… Jerome. Era Jerome. El guarda de seguridad del ayuntamiento. Me dio
un vuelco el corazón. Estaba perdida.
-—Señorita, eh… ¿Nica? ¿Es
correcto?
—Sí… —susurré.
—¡¡¡No sé si es usted consciente
de que ha estado a punto de joder el caso!!! —gritó enloquecido, golpeando el
suelo muy cerca de mí con la barra de hierro que llevaba en las manos. Yo
grité, pero del miedo—. ¿Nadie le ha dicho que husmear en sitios ajenos es de
mala educación, princesa? Hay ciertas cosas que ni usted ni nadie debería
saber… Y usted ya sabe demasiado.
—Lo siento. Yo sólo… Sólo… Yo
sólo quería encontrar información para resolver el caso. Por favor, no me haga
daño. Se lo juro, no volverá a pasar, por favor… —supliqué. Cuando me di
cuenta, estaba llorando y temblaba descontroladamente.
Volvió a golpear, esta vez con
más fuerza, la pared por encima de mi cabeza. Estaba fuera de sí y a mí iba a
darme un infarto. Me arrugué, por instinto, en posición fetal.
—¡¡¡Claro que no volverá a pasar!!!
Yo mismo me voy a encargar de que no vuelva a pasar —Me golpeó en la cara—. La
haré trocitos y se los daré de comer a mis cerdos si vuelvo a verla merodear
por el ayuntamiento o incluso por dentro de él… —Esto último lo dijo pegando
completamente su cara a la mía. Apestaba— …salvo para que me consiga una
entrevista privada con el edil. Fuera del ayuntamiento. Para dentro de dos
noches. Tengo algo que negociar con él y aquí nadie debe sospechar de nuestro
encuentro. Nadie más que nosotros debe saberlo. Y la estaré vigilando… por si
siente la tentación de contárselo a su amigo Boby. ¿Acepta?
Acepté. Las cosas se estaban
poniendo cada vez más peligrosas… Y más interesantes. ¿Por qué Jerome tenía
tantísimo interés en que dejase de investigar los archivos? ¿Qué ocultaba
justamente él, un simple guarda de seguridad? Y, sobre todo, ¿qué sería aquello
tan privado de lo que tendrían que hablar esos dos, que nadie podría verlos
juntos, a solas? Aquellos días, más allá de descubrir parte de los trapos
sucios de los habitantes de Morgana, me di cuenta de que, en cierto modo,
estaba claro que pedían a gritos una caza de brujas.
Así que recurrí a mi instinto: organizaría el
juicio popular más espectacular que jamás se habría presenciado en aquel
pueblo.
Esto se complica... ¿Un juicio popular?... Mola...
ResponderEliminarSí que mola... Espero que sigas pensando lo mismo una vez haya tenido lugar el juicio. Quedas citado, pues. ¿Te animas? ;)
Eliminarmmm que sepas que tengo mis teorías conspiranoícas con respecto al Alcalde,Boby....y Jerome? éste aún lo tengo vigilado...jaja..por lo demás pasamos de la nocturnidad y alevosía, al exhibicionismo y morbo de un juicio popular....vamos bien!
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que te esté gustando... Quedas convocado para el juicio popular que tendrá lugar el miércoles día 21 a las doce de la mañana en Morgana. Será un placer verte por allí ;)
EliminarMe gusta...se pone interesante.
ResponderEliminarMe gusta, se va poniendo cada vez más interesante...
ResponderEliminar¿Sigues pensando que hay esperanzas para la humanidad? No te pierdas el juicio popular, te va a encantar...
EliminarEsperanza...quizás ya no. O sí...ya veremos.
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