miércoles, 14 de octubre de 2015

INFIERNO (Parte 3).


 
 


El episodio en el despacho del edil me hizo abrir aún más los ojos. Fue por eso por lo que decidí seguir investigando. Por eso y porque en mi camino a la salida del ayuntamiento, me extravié por los pasillos de la primera planta, donde se situaba el despacho del tipo, y fui a toparme casi de frente con una puerta que tenía colgado un letrero que rezaba “No pasar”. Siempre he dicho que, un cartel que indique prohibición a hacer algo, para mí significa más bien un apetitoso “adelante”. Una invitación con letras grandes y luces de neón parpadeantes.

Así que pensé que quizá tras esa puerta se encontrase la respuesta real a lo que estaba sucediendo en Morgana. El desafío del alcalde me estaba haciendo sospechar que lo que se escondía en la trastienda de ese pueblo era algo mucho más grande de lo que Boby me había contado. Al fin y al cabo, a su condición de licántropo se le unía la de ser un ciudadano como otro cualquiera del lugar.

Podría tener parecidos intereses, si no los mismos, que el edil por ocultar parte de la cruenta realidad. Así que no podía quedarme de brazos cruzados y conformarme con lo que ya sabía. Además, estaba el caso del cuerpo recién aparecido. Bueno, los trozos aparecidos. Me inquietaba. La puerta, cuya única seguridad para evitar intrusos era un candado enorme que bloqueaba cualquier acceso inapropiado al lugar, parecía no haberse abierto en años… Tenía que colarme como fuera.

Me eché mano a los bolsillos del pantalón. Suelo llevar horquillas enredadas en los hilos de los mismos, dispuestas a ser usadas en cualquier apuro. Encontré una y en un “clic” hice saltar el candado. Miré a ambos lados del pasillo antes de dar un paso hacia delante y girar el pomo. Nadie. Era el momento perfecto. Cerré despacio tras de mí y, como pensaba, aquel cuarto escondía miles de archivos ordenados alfabéticamente. Tenía cada vez más cerca la información que buscaba… O eso pensé yo.

Me dispuse a husmear entre las estanterías coronadas por la letra A. Asesinatos/Asesinos, eso era lo que buscaba. Pasé mi dedo con cuidado por la primera columna sin encontrar resultados. Con la segunda, no tuve mejor suerte. En la tercera, ¡bingo!, ahí estaba, etiquetada en letra de caligrafía antigua, una carpeta mugrienta: Asesinatos en Morgana. Casos extraños sin resolver. Año 1236. Tenía que llevarme aquella carpeta como fuera. Contenía los archivos y pruebas más valiosos que hubiera podido encontrar jamás con respecto a ese caso. Pero antes de poder esconderla bajo mi chaleco, algo hizo que el rumbo de la historia cambiase por completo, de nuevo. Sólo diré que lo último que recuerdo de mi excursión al cuarto prohibido es un fuerte golpe seco y un dolor de cabeza tan intenso que me hizo desfallecer…

Cuando abrí los ojos, estaba en una especie de cuartucho oscuro y maloliente, sin ventanas, lleno de charcos aparentemente espesos y con las manos y los pies atados. Me dolía la cabeza, tenía sangre por todos lados y la boca me sabía a hierro. Supongo que también me golpearon ahí. Al fondo, aún más adentro de la oscuridad del cuarto, una figura corpulenta me observaba con algo alargado entre las manos. Dio un paso al frente… Jerome. Era Jerome. El guarda de seguridad del ayuntamiento. Me dio un vuelco el corazón. Estaba perdida.

-—Señorita, eh… ¿Nica? ¿Es correcto?

—Sí… —susurré.

—¡¡¡No sé si es usted consciente de que ha estado a punto de joder el caso!!! —gritó enloquecido, golpeando el suelo muy cerca de mí con la barra de hierro que llevaba en las manos. Yo grité, pero del miedo—. ¿Nadie le ha dicho que husmear en sitios ajenos es de mala educación, princesa? Hay ciertas cosas que ni usted ni nadie debería saber… Y usted ya sabe demasiado.

—Lo siento. Yo sólo… Sólo… Yo sólo quería encontrar información para resolver el caso. Por favor, no me haga daño. Se lo juro, no volverá a pasar, por favor… —supliqué. Cuando me di cuenta, estaba llorando y temblaba descontroladamente.

Volvió a golpear, esta vez con más fuerza, la pared por encima de mi cabeza. Estaba fuera de sí y a mí iba a darme un infarto. Me arrugué, por instinto, en posición fetal.

—¡¡¡Claro que no volverá a pasar!!! Yo mismo me voy a encargar de que no vuelva a pasar —Me golpeó en la cara—. La haré trocitos y se los daré de comer a mis cerdos si vuelvo a verla merodear por el ayuntamiento o incluso por dentro de él… —Esto último lo dijo pegando completamente su cara a la mía. Apestaba— …salvo para que me consiga una entrevista privada con el edil. Fuera del ayuntamiento. Para dentro de dos noches. Tengo algo que negociar con él y aquí nadie debe sospechar de nuestro encuentro. Nadie más que nosotros debe saberlo. Y la estaré vigilando… por si siente la tentación de contárselo a su amigo Boby. ¿Acepta?

Acepté. Las cosas se estaban poniendo cada vez más peligrosas… Y más interesantes. ¿Por qué Jerome tenía tantísimo interés en que dejase de investigar los archivos? ¿Qué ocultaba justamente él, un simple guarda de seguridad? Y, sobre todo, ¿qué sería aquello tan privado de lo que tendrían que hablar esos dos, que nadie podría verlos juntos, a solas? Aquellos días, más allá de descubrir parte de los trapos sucios de los habitantes de Morgana, me di cuenta de que, en cierto modo, estaba claro que pedían a gritos una caza de brujas. 

Así  que recurrí a mi instinto: organizaría el juicio popular más espectacular que jamás se habría presenciado en aquel pueblo.

8 comentarios:

  1. Esto se complica... ¿Un juicio popular?... Mola...

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    1. Sí que mola... Espero que sigas pensando lo mismo una vez haya tenido lugar el juicio. Quedas citado, pues. ¿Te animas? ;)

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  2. mmm que sepas que tengo mis teorías conspiranoícas con respecto al Alcalde,Boby....y Jerome? éste aún lo tengo vigilado...jaja..por lo demás pasamos de la nocturnidad y alevosía, al exhibicionismo y morbo de un juicio popular....vamos bien!

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    1. Me alegro muchísimo de que te esté gustando... Quedas convocado para el juicio popular que tendrá lugar el miércoles día 21 a las doce de la mañana en Morgana. Será un placer verte por allí ;)

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  3. Me gusta, se va poniendo cada vez más interesante...

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    1. ¿Sigues pensando que hay esperanzas para la humanidad? No te pierdas el juicio popular, te va a encantar...

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    2. Esperanza...quizás ya no. O sí...ya veremos.

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